Imprescindible en Budapest, Hungría

Venía con idea de que Budapest iba ser una mezcla entre lo que vi en Austría y república checa. Y no podía estar más equivocada, Budapest es Budapest. E incluso visitarla en invierno te dará bonitas imagenes ya que cuando el sol sale aquí luce.

Datos Prácticos

Transporte

  • Avion : En avión es la mejor opción, ryanair tiene vuelos económicos de 3 horas de duración tambien la compañia local Wizzair tiene precios competitivos
  • Transporte público :  Hay metro, autobus y tranvía. Aunque la zona centro es bastante manejable hacerla pateando. Para llegar desde el aeropuerto se toma el autobús 200E hasta final de línea y allí se puede coger la línea M3 de metro. Tambien el 100E va directo sin parar. Se pueden comprar tickets en máquinas en las paradas de autobús, metro y tranvía. Y la mayoría aceptan tarjeta de crédito. Las tarifas tienen más complicación.

Alojamiento

El alojamiento suele ser bastante barato, a mí me salio mejor pillarme un apartamento para mi sola que una habitación de hotel. Aquí os dejo el enlace.

Comida

La comida húngara es contundente pero si la visitas en invierno tu cuerpo la agradecerá y tu abuela y madre estarán orgullosos de ti por meterte tanto potaje y verdura de seguido.

Lo más famoso es el gulash que te lo ponen en todo bar que se precie. De bebidas lo más exótico que probé es una extraña y dulzona mezcla de vino con berrys. Y de postre quede rendida al Kürtőskalács, una especie de rollo gigante espolvoreado con lo que tu elijas que sabe a roscón tostado.

Dinero

En el aeropuerto se puede cambiar pero es el sitio con peor precio, así que cambia lo justo para el autobús y luego aprovecha los miles de puestos de cambio que hay por toda la ciudad. 

 

Imprescindibles

 

1. Dislumbrar el enorme Parlamento

El edificio es enorme y destaca bastante, tiene una enorme plaza alrededor atravesada por un fotogenico tranvía número 2. Normalmente está vacía si no llega una horda de gente a manifestarse acompañada de policías muy bien equipados. 

Las entradas del Parlamento hay que sacarlas antes porque sino te quedas sin ellas. Hay manera de gestionarlo vía web.

2. Acercarse hasta los tristes Zapatos del Danubio

Estos zapatos te hielan literalmente la sangre además si es invierno y está nevando no puedes más que visualizar más intensamente los fusilamientos que tuvieron lugar en ese lugar. Había un montón de gente echando fotos pero el silencio que reinaba hacia patente la reflexión interna que cada uno llevábamos.

El memorial de las víctimas de la invasión alemana es otra muestra de esos escalofriantes años. Se pueden leer infinidad de mensajes junto con velas y maletas que recuerdan a todos los asesinados. 

3. Callejear por el barrio judío

  • Sinagogas : El barrio cuenta con varias sinagogas la más importante es la Gran Sinagoga de ladrillo amarillo que es la más visitaba y cuyo precio sube a los 15 euros. Así que la rodeamos por fuera y pudimos ver incluso el árbol de la vida desde el exterior. Mas adelante nos encontramos con la sinagoga ortodoxa que por fuera parece un edificio más. Dado que el precio de su visita era más asequible unos 5 euros nos decidimos a visitar su interior que tiene su aquel. Unas paredes todas pintadas de azul galáctico al más puro estilo ochentero te dan la bienvenida, pero unos cuidados bancos y mobiliario de madera te hacen compensar el dinero pagado.
  • Gozsdu Udvar : Este pasadizo comercial entre los edificios que componían el gueto no te deja indiferente. Hay puestecitos callejeros con antigüedades, souvenirs y manualidades. Además de una amplia oferta de bares y restaurantes también preparados para la jalana nocturna. Una vez que sales del pasadizo a la derecha se supone que está un trozo del muro del gueto, nosotros vimos un gran portal y una placa indicativa nada más.

 

4. Alternar en un Ruin Pub

Había leído mucho sobre este concepto así que tenía ganas de ver alguno. Y nos encontramos de bruces con uno de los más importante Szimpla Kert. La fachada lo dice todo, totalmente picada como si se la hubieran comido los bichos y dentro todo está cubierto por una capa de firmas, grafitis, cables que parecen que van a provocar un incendio. Tenía un montón de dependencias donde te podrías encontrar distintos tipos de bares, restaurantes, hasta coincidimos con un mercado agrícola el domingo y pudimos degustar algún plato típico.

Intentamos ver otros dos locales  Lokal y Ellato Kert pero estaban cerrados, suponemos porque era por la mañana.

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5. Visitar las colinas de Buda

Esta zona de Budapest, la que le otorga el otro cachito del nombre a la ciudad, tiene una parte muy turística y otras más desconocidas. De la zonas desconocidas solo pude explorar una y me quedo apuntado perderme por esas colinas para la próxima visita.

  • Distrito del Castillo: Esta visita es imprescindible y la harás con un montón de turistas contigo. Lo bueno que se concentran en un par de sitios, por lo menos en invierno y puede uno pasear tranquilamente por las callecitas.
  • Palacio: El palacio se puede visitar por dentro tras abonar el correspondiente importe, yo lo atravesé para poder ver las vistas de la ciudad y también pude dar una vuelta por uno de los laterales con también unas preciosas vistas de la ciudad.
  • Iglesia de St Matias : Espectacular, también hay que pagar pero por fuera puedes quedar totalmente satisfecho. Un blanco reluciente como recién pasado un cepillo y sus tejas de colorines salen bien en todas las fotos. Se la puede dar una vuelta de 360 grados sin ningún obstáculo.
  • Bastión de los pescadores : Este monumento que te recordará a los castillos de Disney, hay tornos pero parece que no hay que pagar. Lo más curiosos son las estatuas que vigilan la escalinata que te lleva abajo de la colina entre casas ya más pudientes. Aunque hay mucha gente siempre hay un hueco entre los ventanales sin cristal. Hay parte del monumento que lo han ocupado restaurantes y en algunas zonas no te dejan subir.

6. Adentrarse en el interior de Buda

  • Laberintos de Buda : Curiosísima experiencia. Son unas grutas que ocupan parte del subsuelo de la ciudad. Además increíble pero se está calentito y hay vapor, supongo que de ahí que proliferaran las termas en esta ciudad. Tienes que seguir el circuito de las flechas que a veces te hará atravesar las cuevas en absoluta oscuridad, o con iluminación muy tenue. No sé cuantos turistas se les habrán quedado por ahí. La decoración y la ambientación deja mucho que desear, pero la verdad es que a uno le transportan a la era en la que no había electricidad por 2500 la entrada. La visita dura como unos 30 minutos incluyendo el perderse y encontrarse varias veces. Pero solo bajando hasta donde se venden los tickets ya puedes apreciar parte de lo que vas a llegar a ver sino quieres pagar entrada.

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  • Hospital en la Roca :  Otro laberinto pero este más acondicionado, que fue Hospital  durante la Segunda Guerra Civil y luego utilizado durante la época fría para evitar ataques nucleares. Lo han recreado bastante bien con indigentes cantidades de materiales de la época, tienen una impresionante colección de botellas, fármacos, utensilios para operar, máquina de rayos X inclusive y un largo etcetera. Lo que sobran son los muñecos a escala real que recreen las escenas cotidianas (pero sobre gustos no hay nada escrito). La segunda parte recrea más su uso militar e intenta concienciar sobre las consecuencias de la guerra con muestras de lo que causa la bomba nuclear en Hirosima y Nagasaki. La entrada cuesta 4.000 es un poco cara pero curioso si nunca has estado en un complejo de este tipo. La visita dura una hora y es guiada.

 

7. No perderse el crucero típico

Si tienes la oportunidad de hacer un crucero de noche por el Danubio merece la pena, nosotros lo  hicimos en temporada invierno helado (solo nuestro barco estaba por allí) y aunque no sentía los dedos de mis manos ni la punta de la nariz es precioso.

Mi parte favorita es cuando te acercas al parlamento totalmente iluminado, aunque los puentes iluminados y la colina de Buda a lo lejos también tienen su momento. Lo malo que apagan las luces a las 12:00 en plan Cenicienta Danubio. A nosotros nos costo 15 euros pero iba incluido dentro de una actividad para un festival.

8. Remojarse en unas Termas con solera

Por supuesto no puedes dejar Budapest sin visitar una de sus famosas y calentitas Termas. Tienes un buena muestra para elegir desde antigüisimas y recargadas a nuevas y modernas instalaciones.

Yo me decante por los baños termales de Széchenyi. A parte de que el edifico alberga mucha historia y recovecos para perderse en busca de las dichosas piscinas, a mi lo que me encantó fueron las piscinas exteriores.

Esto es una pasada de experiencia estar a bajo cero pero a 28 grados de remojo y encima como plus nevando. Además la neblina que se forma permite abstraerse de todos los turistas que están metidos contigo.

9. Culturizarse alguna tarde en un museo

  • Centro Memorial del Holocausto : Este museo puede causar muy diversas opiniones a mí me resulto muy interesante. Narra como se fue discriminando a los judíos en Hungría, primero enviándolos hacer trabajos de campo en vez de servicio militar y luego con el gobierno apoyado por los nazis se les quito de propiedades, derechos y se les confino a guetos donde eran maltratados. Más adelante con la invasión nazi fuero deportados a campos de concentración donde todos sabemos cual era su final. Todo esto se recoge con fotos, vídeos y historias con nombres y apellidos a lo largo de unas lúgubres salas. También se puede visitar la sinagoga que está al lado del museo, cuando yo la visité albergaba una interesante exposición sobre el diario un doctor y su hermano que fuero a unos campos de trabajo como sustitutivo del servicio militar.

  • Museo del metro : Es un buen refugio para si se tuerce el tiempo y uno quiere volver a sentir sus extremidades. Se encuentra en el subsuelo, en el metro Deak Ferenc ter. Es un corto recorrido por la historia del metro en Budapest, desde uniformes, billetes a lo que me pareció más interesante un par de vagones amarillos de época aparcado en unas vías. El coste de la entrada ronda los 350 florines + un plus de 500 si quieres echar fotos.

10. Montar en la Línea 1 del metro

No dejes de montar en el tren de playmobil de la línea 1 sobre todo desde el parque de la ciudad hasta el centro. Es una cukada, las estaciones son micro-canis y están recubiertas de madera. Las vigas de acero te recordarán a las pelis del metro de New York, y el trenecito de apenas dos vagones de mini-babibel parecerá que estas jugando en una gua-gua de mentira.

Eso si hazte con un ticket proque hay revisores en toda la línea.

 

 11. Descubrir edificios con hístoria

  • Mercado Central Nagycsarnok: Este mercado es bastante turístico pero todavía van autóctonos a comprar, así que la mezcla es bastante curiosa. Yo me dedique hacer mi compra en la parte de abajo escogiendo bien donde iban los autóctonos, hay puesto de venta de fruta y verdura con poca variedad, otros de carne a granel, algo de pan y el pescado no se le vio por allí.

    La parte de arriba es la guerra del turista contra el turista. Está lleno de puestos de souvenirs vendiendo todo lo típico huevos pintados, camisas blancas bordadas y cachivaches mil. Son pasillos muy estrechos así que se termina produciendo tapones.

    Yo recomiendo visitar algún otro mercado más tranquilo de barrio donde hay menos gente. Por la zona del sur de Pest yo encontré alguno.

  • Pesti Vigado : Esta sala de conferencias recién restaurada ha abierto de nuevo sus puertas. Puedes ver las exposiciones o solo pagar la entrada para ver el edificio (unos 1400 florines). Cuenta con una espectacular escalera tipo Sisi emperatriz pero la de la pelí no la de la vida real. Luego tiene una sala de conciertos totalmente tapizada en pistacho terciopelo que te dejan asomar el hocio y por último puedes salir a la azotea a una terraza que te ofrece unas buenas vistas del danubio de la orilla de enfrente. 

  • Archivo Nacional Húngaro : Este edificio ya es bastante bonito por fuera, pero lo poco que pude entrar a echar un vistazo es espectacular. Tiene todas las paredes ricamente adornadas de frescos. Lo que le da un aire oscuro. Lo malo que sigue funcionando así que solo se puede visitar Lunes y Martes a las 10, 11 y 14 en grupos por unos 1200 florines.

  • Oficina de Correos : Aconsejo entrar a echar un vistazo a la oficina de correos del barrio de Buda, ya que aún conserva las ventanillas de madera que parecen que tiene encerrados a los empleados dentro. No esperes ningún tipo de amabilidad por parte de ellos.

  • Basílica de San Esteban: Esta enorme catedral te la encuentras paseando por la zona céntrica y comercial de Budapest. Se puede visitar previo pago de 200 florin o 1 euro. También se puede subir al campanario para ver las asombrosas vistas de toda la ciudad. La catedral por dentro no es gran cosa decorativamente hablando pero impresiona la magnitud de su tamaño.

  • Estación de Tren Keleti: Esta estación ya un poco más a las afueras del barrio judío, fue una de las más modernas en su época. Ahora el amarillo descolchado ocupa todo el espacio. También es curioso de visitar si te gustan los trenes de colección no porque haya un museo sino porque los encontrarás estacionados en las vías listos para seguir haciendo su trabajo.

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12. Atreverse a salir del centro 

El barrio de Obuda,  queda más alejado de la ciudad pero tiene un par de puntos de interés y algunos edificios históricos que si se tiene tiempo conviene acercarse. Me pude acercar con el autobús número 8 o el tranvía número 1.

  • Anfiteatro romano :  Justo me baje en la parada del anfiteatro y allí en medio rodeado de bloques de edificios modernos y soviéticos te lo encuentras. Con una pequña valla y de libre acceso lo que queda de un anfiteatro romano expuesto a los elementos. No te pierdas unas callejuelas que hay al lado llena de comercios y restaurantes que tiene unas casas bastantes monas de diferentes colores que parecen datar de tiempos más antiguos

  • Florian Ter : Esta plaza es bastante curiosa. En la parte superior flaqueada por unos modernos bloque de viviendas de color verde se puede ver un parque que en una esquina tiene resto romanos como un par de columnas.Pero más asombrosos es el subterráneo que existe debajo de la autopista y permite salir a varias partes del barrio, está decorado con muestras romanas (que espero que sean réplicas) y en medio de todo ello hay unas termas romanas en un lamentable estado.
  • Paseo : Este barrio además tiene sorpresas en cada esquina, se puede encontrar casitas monas de otros siglos conviviendo con bloques grises sovieticos o mini-rascacielos de viviendas ultra-modernas. Yo di un pequeño paseo porque la nieve no me facilito la tarea.

 

13. Congelarse digo pasearse al aire libre 

  • Isla Margarita : Esta pradera verde en el medio del Danubio es un sitio ideal para pasear y practicar deporte. Pero en invierno es una mancha blanca en mitad del río entre Buda y Pest apta solo para los más valientes.
  • Cementerio de Kerepesi :Si le queda a uno tiempo es curioso acercarse hasta este cementerio. No es una sucesión de tumbas sino una de estatuas en grandes planicies de césped. Tiene además varios mausoleos entre ellos dos enormes centrales dedicados a varias personas

  • Parque de la Ciudad: Este parque es el Retiro de la ciudad, tiene una gran extensión de terreno que gran parte estaba en obras cuando yo estuve por allí. Luego tiene una impresionante soviética plaza de los Héroes. También se puede visitar unos castillos, un lago que en invierno lo estaban usando para patinar sobre hielo y los baños de Szechenyi. No te pierdas para volver al centro el metro de la lína 1.
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14. Bailar West Coast Swing

Curioso lo que se descubre en una visita a Budapest, que es la capital europea del West Coast Swing y donde se realiza cada año el mayor evento de este tipo en el viejo continente. Gente de todas las nacionalidades se reúnen en un hotel a darlo todo varios día seguidos sin parar de bailar. Yo tuve la oportunidad de entrar en el fin de fiesta y es un espectáculo digno de ver aunque lo tuyo no sea el baile